CONSUMO
Y MEDIO AMBIENTE.
Los sistemas de producción descansan sobre la base del consumo
creciente de materias y energía.
Los consumidores tienen que concienciarse de que no se puede continuar
pensando que el uso indiscriminado de la energía carece de consecuencias sobre
nuestro planeta, y que los recursos conocidos son ilimitados.
LA PROBLEMÁTICA DE LOS
RESIDUOS.
El aumento de la producción industrial y de las pautas de consumo, la
falta de previsión respecto al destino de los residuos y su considerable
incremento, han provocado un problema tanto por la cantidad de vertidos
producidos como por la gestión de los mismos. Aunque en teoría es posible
reciclar casi todo lo que se tira, en realidad lo que se recicla no llega a la
cuarta parte. El resto va a parar a los vertederos, muchos de ellos todavía
incontrolados, ó a las incineradoras.
EL CONSUMIDOR: PIEZA CLAVE DEL
PROCESO DE RECICLAJE.
El reciclaje tiende un puente entre la utilización de los recursos
naturales y el consumo. Tiene efectos económicos, ya que evita la necesidad de
recurrir continuamente a las materias primas; efectos medioambientales al
evitar la acumulación de residuos que perjudican el entorno y que generan
contaminación; y efectos sociales, ya que al ser el ciudadano un elemento básico
en la recogida de materiales para reciclar, contribuye a concienciar a la gente
sobre los problemas medioambientales.
EL CONSUMO DE PILAS.
En España se consumen unos 320 millones de pilas cada año. Muchos de
los materiales que entran en su composición, son metales pesados. Son de
difícil eliminación, constituyen agentes contaminantes del medio, y son
peligrosos para la salud humana.
Es mejor adquirir aparatos que funcionen con energía eléctrica ó solar
y conviene reducir la utilización de pilas en aplicaciones específicas que no
permitan el uso de las demás energías