EL SEÑOR DE LAS MOSCAS

EL SEÑOR DE LAS MOSCAS
William Goldin 



El señor de las moscas (Lord of the Flies en inglés) es la primera y más célebre novela de William Golding. Publicada en 1954, se considera un clásico de la literatura inglesa de postguerra. En el año de su publicación tuvo apenas difusión, manteniendo un volumen escaso de ventas. Años más tarde alcanzó gran fama en Inglaterra, considerándose imprescindible su lectura en colegios e institutos.



ARGUMENTO


Un avión que transporta sólo a unos estudiantes británicos es derribado en periodo de guerra a causa de una fuerte tormenta y se estrella contra una isla desierta, siendo los únicos supervivientes. Los niños pasajeros se ven obligados a sobrevivir sin ningún adulto.
Ralph y Piggy, dos de los chicos grandes, encuentran una caracola y utilizan su sonido para reunir al resto de supervivientes. Desde ese momento, la caracola será utilizada como símbolo de poder y potestad en el momento de hablar, convocando a todos a una asamblea cuando la situación lo requiera. Ralph es elegido como líder del grupo, pese a que Jack con sus ansias de poder deseaba esa posición. Para tranquilizarlo, Ralph lo deja a cargo del grupo de cazadores.


Ralph, Jack y otro chico llamado Simon, hacen una expedición y descubren una pequeña montaña. Cuando regresan les informan a los otros que deben encender una fogata para llamar la atención de los barcos que puedan llegar a pasar y de esta forma ser rescatados; el mantener la fogata viva se queda como responsabilidad del grupo de cazadores.



Pronto los niños se olvidan de sus obligaciones y comienzan a jugar y haraganear, mientras Ralph trata de hacerles recordar sus obligaciones. Jack, líder de los cazadores de cerdos salvajes, se empieza a obsesionar con el tema de la cacería después de haberse apiadado de su primer objetivo. Un día, Ralph y Piggy descubren un helicóptero en el horizonte y que la hoguera para llamar la atención se encuentra apagada. Ralph le reprocha su descuido a Jack pero éste no le hace caso pues acaban de cazar a su primer cerdo y hace un enorme festejo junto con el resto de su grupo. Todos los participantes tienen el cuerpo pintado con pinturas tribales.

Pronto se evidencia que los niños más jóvenes, llamados por el resto “peques”, comienzan a tener pesadillas con una fiera que vaga por la isla. A raíz de ese hecho los niños comienzan a tener miedo de la criatura, en especial cuando uno de los peques sugiere que se oculta durante el día en el mar. Jack aprovecha este miedo para controlar a los pequeños.

A la mañana siguiente, Jack vuelve a exigir ser el jefe del grupo, calificando a Ralph de cobarde. Sin embargo, nadie le apoya y Jack decide marcharse a la otra punta de la isla para cazar. Al principio, son pocos los que le siguen. Sin embargo, esa misma tarde cazan un cerdo y organizan un gran banquete, invitando a todos a unirse a su tribu, de la que él es el jefe. En el otro bando sólo quedan Ralph, Piggy y los mellizos Eric y Sam con algunos “peques”.


La cabeza del cerdo que matan Jack y su tribu queda clavada en una estaca como ofrenda a "la bestia". Este símbolo es luego llamado "El señor de las moscas", pues pronto las moscas rodearon la cabeza.

La cabeza de El Señor de las Moscas se sitúa a pocos metros del "lugar secreto" donde Simón se refugiaba y armonizaba con la naturaleza, enturbiando su paz. Simón empieza a tener alucinaciones en las que El Señor de las Moscas le habla y le hace ver que la bestia no es más que parte del salvajismo que vive en cada uno de los niños, y lo amenaza diciendo que tendrá un poco de diversión con él. Tras esta visión Simon cae desmayado. Cuando vuelve en sí, Simon va a la montaña y ve que la bestia no era más que un paracaidista por lo que corre a la playa a contarle a los demás. Sin embargo, con las prisas tropieza y acaba llegando a la playa envuelto en lodo y caminando a cuatro patas. Los niños, asustados al verle aparacer así, lo confunden con la bestia y le atacan, muriendo a manos de la irracional masa antes de que pudiera dar su noticia.
En el campamento original, todos evitan hablar de lo ocurrido la noche anterior, aunque todos menos Piggy se sienten culpables por haber participado en la histeria colectiva que acabó con Simon. La mayor preocupación es mantener la hoguera para ser rescatados. Sin embargo, ésta ha tenido que ser trasladada a la playa, por miedo a la bestia que habita en la montaña, y apenas se distingue su humo. Además, son muy pocos para mantener la hoguera encendida todo el día.


Aprovechando la oscuridad de la noche, Jack y dos de sus cazadores más crueles, Roger y Maurice, atacan al grupo de Ralph para robarle las gafas a Piggy, la única forma que tienen de hacer fuego para cocinar los cerdos que cazan. A la mañana siguiente, los chicos van al campamento de Jack para hacerle entrar en razón. Pero éste pelea con lanzas contra Ralph y se niega a devolverle las gafas a Piggy ni a respetar la autoridad de la caracola, que porta Piggy entre sus manos. Mientras pelea con Ralph, Jack ordena a su tribu que atrapen a Eric y Sam, que son hechos prisioneros. A su vez, Roger lanza una roca gigante contra Ralph, pero éste la esquiva y acaba impactando contra Piggy, ciego sin sus gafas. La roca destroza la caracola y mata a Piggy.



Ralph escapa. En la noche se acerca al campamento cuando los mellizos están haciendo guardia. Ellos le cuentan que Jack y Roger planean lanzar a toda la tribu en su búsqueda por toda la isla, así que Ralph busca un escondite para pasar la noche, comunicándoselo a los mellizos por si quieren huir con él.



Por la mañana, Jack amenaza a los mellizos para que le digan la ubicación de Ralph. En su huida, Ralph toma la estaca que era parte del Señor de las Moscas y se esconde en donde no pueden alcanzarlo, atacando con la estaca a todos los que se acercan. Jack decide prender fuego a toda la isla para que Ralph no tenga sitio para esconderse, por lo que Ralph tiene que huir tanto del fuego como de los cazadores, que estrechan el círculo cada vez más. Finalmente, después de una terrible persecución, llega a la playa, en donde cae exhausto esperando su terrible muerte. Sin embargo, al levantar la cabeza se encuentra con un general del ejército que había divisado el humo causado por Jack y su tribu, por lo que finalmente fueron todos rescatados, aunque ninguno con sentimientos inmediatos de alegría, conscientes de la perdida de su inocencia infantil

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